domingo, 16 de agosto de 2015

Summer Time.

¡Muy buenas!


Espero que estéis disfrutando del verano. La verdad que este año el calor no  nos está dando mucha tregua, pero parece que tendremos un final de agosto algo más "normal".  


El otro día celebramos un cumple familiar, y yo (no podía ser de otra manera) me encargué de la tarta.  Dejaron la creación a mi libre albedrío y aproveché para experimentar.  




Como hace unos días compré sirope de flor de saúco tenía muchas ganas de probarlo en una tarta y se me ocurrió combinarlo con cosas naturales, sin sabores raros ni aromas artificiales. Un bizcocho con un sabor de los de toda la vida: Almendras, miel, flor de saúco y queso crema.  Dio como resultado una tarta fresca, ligera y dulce, con un toque ácido  que contrasta muy bien.... y como se me metió en la cabeza que tenía que ser una tarta de verano, pues amarilla tenía que ser;  Es un color que siempre me recuerda al sol.  

Dicho esto, vamos con la receta: 





Ingredientes:  Para un molde de 18cm de diámetro. (8-10 raciones)

  • Para el bizcocho:
    4 huevos.
    135ml de aceite de oliva suave (o girasol).
    175g de azúcar.
    4-5 cucharadas de miel (dependiendo de la intensidad de la miel)
    1 yogur.
    200g de harina de almendra (almendra molida)
    100g de harina
    1 sobre de levadura.
  • Para el almíbar: 
    3 cucharadas de miel
    2 cucharadas de agua.
  • Para el relleno y cobertura: 
    300g de queso crema (tipo philadelphia o mascarpone).
    150g de mantequilla.
    200g de azúcar glas
    4 cucharadas de sirope de flor de saúco (si es extracto/esencia y es intenso la proporción tendrá que ser menor).

  • Para la gelatina: 
    1 cucharada y 1/2 de sirope de saúco (lo mismo de antes, la proporción dependerá de la intensidad)
    6 cucharadas de agua
    3 láminas de gelatina (una cucharada de gelatina en polvo)







Elaboración: 

  • Para el bizcocho: 
    Empezamos precalentando el horno a 170-175ºC y preparando nuestro molde: engrasamos, forramos con papel de horno... lo que nos vaya mejor.

    Batimos los huevos con el azúcar hasta que monten y engorden. Añadimos el aceite, el yogur y la miel.  Agregamos finalmente la almendra, la harina y la levadura tamizadas (la almendra no es necesario, solo que no queden grumos).

    Pasamos la masa al molde y horneamos durante una hora aproximadamente. Si vemos que el bizcocho se dora muy rápidamente pero que está sin cocer le bajaremos la temperatura o le pondremos un papel de aluminio encima, esto evitará que se queme la parte de arriba; puede ser, debido a los ingredientes que lleva el bizcocho, que ocurra esto último, por eso debemos prestar atención.
    Estará horneado completamente cuando al pincharlo con un palillo este salga limpio.

    Pasaremos a una rejilla y dejaremos enfriar por completo.

    Una vez frío cortamos en dos planchas con una lira.
  • Para el almíbar: 
    Mezclamos la miel con el agua.  Con un pincel pincelamos los bizcochos con el almíbar.



  • Para el relleno y cobertura: 
    Batimos la mantequilla con el azúcar glas y el sirope de flor de saúco, cuando tengamos una crema pomada agregaremos el queso y montaremos hasta tener una crema esponjosa.

    Separamos aproximadamente 1/3 de la crema para rellenar nuestra tarta.

    Con la crema restante hacemos dos partes una blanca y otra la teñiremos con el colorante amarillo. Una vez tengamos la crema amarilla, en un recipiente, cogemos un par de cucharadas de crema blanca y una de amarilla, para crear un color intermedio. Es decir, tendremos tres colores: Blanco, amarillo pálido y amarillo intenso.

    Empezamos cubriendo con la crema blanca la parte de arriba de la tarta y los bordes laterales superiores. La parte de abajo la cubriremos con la crema amarillo intenso,  y entre el blanco y el amarillo colocamos la crema amarillo claro.  (No sé si me he explicado, es muy sencillo pero describirlo no es tan fácil. ).
    Con una espátula alisamos la crema y veremos como poco a poco se crea un degradado perfecto.

    Con una espátula con dientes gruesos,  hice  un dibujo circular en la parte superior de la tarta.

    Con la crema sobrante, del color que más nos guste, y una manga pastelera decoramos los filos del pastel.

  • Para la gelatina: 
    Hidratamos la gelatina en agua fría.
    Calentamos el agua sin que hierva y agregamos el sirope de flor de saúco. Añadimos la gelatina y removemos hasta que se disuelva por completo, incorporamos el colorante amarillo.

    Con mucho cuidado cubrimos la parte superior de nuestra tarta con la gelatina y refrigeramos.


    Podemos coronarla con alguna decoración en fondant, flores naturales o lo que más nos guste. 


 


¡Y ya está todo!
No me diréis que no es vistosa y alegre.   







Un dulce abrazo.

¡Nos vemos pronto con otra receta! :)